Edición original: X-23, vol 3, nums. 7 a 12USA
Fecha de salida: Diciembre de 2019.
Guión: Mariko Tamaki
Dibujo: Diego Olórtegui
Formato: Tomo, 136 págs. A color.
Precio: 14,00 €
Después de deshacerse del manto de Lobezna para volver a su apodo original, Laura Kinney y Gabby se encargaron de unos traficantes y volvieron a la mansión-X para que Bestia les diera más información. Por desgracia, ambas tendrían un encuentro con las hermanas Cuco que al principio pareció ser amistoso, pero que al final trató de ser una treta para robarle el cuerpo a Gabby, algo que X-23 no iba a permitir. En este tomo de final de etapa veremos a Laura y Gabby encontrarse con una nueva clon llamada Asesina-X que resulta formar parte de un ejército, lo que obligará a Laura a tomar una decisión mientras que Gabby pasará por una experiencia horrible que le hará replantearse algunas cosas y su relación con su hermana clon Laura.
La historia de este tomo daría comienzo con Laura y Gabby siendo contactadas por la policía para que les ayuden con una asesina que va tras diversos especialistas en genética. Tras un tiempo de investigación, Laura se confronta con Asesina-X y Gabby consigue dejarla inconsciente para llevarla a la mansión. Allí, Bestia reconoce que es una clon de Laura con toques cibernéticos, pero con el ADN dañado, por lo que no tiene factor curativo. Mientras Gabby intenta hacerse amiga de ella -a la que llamó Tuoks-, Laura rastrea la señal que se enviaba y encontró a Robert Chandler con un ejército de Asesinas-X. Así, Laura, Tuoks y Gabby intentarían desmantelarlo todo, pero Honey Tejón tendría que tomar una decisión muy importante y las palabras de su hermana Laura la harían reflexionar seriamente sobre la clonación y las que serían posibles hermanas suyas.
En general, estamos ante una trama de acción bastante interesante que vuelve a tocar el tema de la clonación, aunque esta vez desde otro punto de vista y con Gabby como principal espectadora, pues es ella quien acaba teniendo la mayor parte del contacto con la Asesina-X. Ahora bien, hablando de ciertos aspectos de la trama, el concepto en sí que ha elegido la autora me ha resultado muy original, ya que no han buscado hacer el típico soldado perfecto como “Arma X” o “X-23”, sino que estaban pensados de una manera totalmente diferente, pero con toques de la mejor soldado conocida. Sin embargo, recuperar como enemigo a Chandler y totalmente recuperado me ha parecido una decepción después del destino que sufrió. Por otra parte, me ha gustado mucho el dilema general que crea el arco argumental al respecto para Gabby, pues la hace reflexionar de una manera más madura, aunque luego actúe de forma inmadura y nos lleve a una historia un poco… extraña. Y, cómo no, el final del mismo cómic es fantástico por lo que promete para la pequeña mutante clon.
En cuanto a los personajes, Laura Kinney actúa de manera muy fría y dura en esta ocasión al enfrentarse tanto a la Asesina-X como a todo lo relacionado con ella y, sobre todo, cuando descubre lo que tiene Chandler escondido en su empresa, mostrando así un poco de falta de empatía, aunque tenga que hacer las cosas como deba hacerlas. Por eso, no es de extrañar que luego después de una discusión explote y se sienta horriblemente consigo misma. Gabby es la contraparte de Laura en este cómic mostrándose alegre y empática en cada momento, sobre todo con quienes pueden ser sus clones y hermanas, pues supone que Laura y ella no están solas y su familia es mucho más grande, pero no tiene en cuenta que el mundo es frío y cruel, por lo que a veces hay que tomar decisiones difíciles. Asesina-X es una clon alterada y cibernética de Laura Kinney que no puede hablar y que empieza luchando con las protagonistas, pero acaba cogiendo algo de carácter más allá de la programación. Por último, Chandler reaparece como villano para intentar replicar un ejército de Asesinas-X con el objetivo de ponerlas al servicio del mejor postor.
Sobre el ritmo, la primera parte de esta obra -que es casi la mayor parte- es bastante activa debido a la peligrosidad que supone Asesina-X y lo que está relacionado con Chandler y ella, mientras que en los dos números finales pasamos a un ritmo equilibrado al que se le da un poco más de peso a la tranquilidad y a la reflexión de los personajes, aunque sin olvidar un poco la acción y la comedia.
Sobre la edición, nos encontramos ante un tomo de tapa blanda que recupera los números 7 a 12 del tercer volumen de X-23 con un papel de calidad y, como extra, unas cuantas portadas alternativas al final de la obra con unas reflexiones de Daniel Gavilán como complemento.
A nivel artístico, Diego Olórtegui ofrece dibujo general de calidad muy notable en el que los primeros planos y las splash pages son buenísimas, pero cuando el plano se aleja hay veces que el diseño falla en algunos momentos como en los rostros. Sin embargo, sí que hay otros en los que nos soprende y nos da momentos increíblemente divertidos, la mayoría provinientes de Gabby.
En definitiva, considero que estamos ante un cierre de etapa bastante satisfactorio y casi de notable por cómo explora Mariko Tamaki tanto en este tomo como en el anterior varios aspectos de la personalidad y los detalles más profundos de Laura y Gabby.
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