Edición original: Batman: The Dark Knight 1-8 USA
Fecha de salida: Septiembre de 2012
Guión: David Finch, Joe Harris, Paul Jenkins
Dibujo: David Finch, Ed Benes
Formato: Tomo cartoné, 192 páginas
Precio: 19,50 €
Desde el momento en el que el Nuevo Universo DC empezó a publicarse, sabíamos que mientras algunos personajes iban a ser reseteados otros iban a continuar desde el punto en el que se habían quedado, aunque con ligeros cambios. Esto último fue lo que le sucedió a Batman y a la práctica totalidad de la Bat-familia, estando vigentes la mayoría de acontecimientos sucedidos antes del reinicio del universo DC y partiendo como si nada hubiera cambiado.
No obstante, y para darle un cambio a las series del murciélago -al menos al principio-, optaron por evitar usar a los villanos más clásicos, decantándose por villanos de nueva acuñación o relativamente nuevos. Nacían así las Garras, Saiko, el Tribunal de los Búhos o Nadie, que durante meses fueron los encargados de poner contra las cuerdas a Batman y sus aliados.
Entonces, ¿dónde están el resto de villanos de Gotham? El Joker ha desaparecido durante un año, preparando su regreso y un plan más que retorcido para hacer el mayor daño posible al caballero oscuro y sus compañeros. Pero eso no responde dónde están los demás.
Ésta es una respuesta que encontramos en el presente tomo: “Batman: El Caballero Oscuro – Terrores Nocturnos”, que recopila en un solo volumen los primeros ocho números de la colección “Batman: The Dark Knight” del Nuevo Universo DC. Un tomo empieza con uno de los peores motines vividos en el Asilo Arkham y que ECC Ediciones nos trae en una edición con tapa dura.
La historia nos lleva por enésima vez a Arkham, lugar en el que acaban todos los perturbados que tienen como afición asolar Gotham cada vez que escapan. Allí se produce un motín, en el que todos los reclusos quedan libres sin que nadie sepa el motivo. Así que resolver ese misterio y encerrar de nuevo a los pacientes del Asilo es lo que Batman deberá solucionar pero, debido a una sorpresa inesperada relacionada con la tóxina del miedo del Espantapájaros, mezclada con lo que parece ser una suerte de esteroides, el hombre murciélago se verá obligado a pedir ayuda a todos sus aliados e incluso a la Liga de la Justicia.
Que nadie espere nada novedoso en el planteamiento de la trama, porque no lo hay. Un motín en el Asilo Arkham es algo que se ha visto en numerables ocasiones y el misterio de la droga no es misterio alguno para aquellos que conozcan mínimamente el universo del caballero oscuro. Por si quedaba alguna duda, la portada es bastante reveladora. En este sentido se podía haber elegido algo más genérico pero sin dejar de ser representativo.
El único misterio que queda por resolver es el del conejo blanco (con referencias constantes a “Alicia en el país de las maravillas”), aunque una vez más, los que estén un poco curtidos en la materia atarán cabos desde la primera página, prácticamente.
En realidad, lo más interesante del tomo es el espectacular dibujo que nos regala con sus lápices el artista David Finch. Algunas de las páginas dobles son simplemente maravillosas y uno no puede evitar detenerse a contemplar los detalles del dibujo. Aunque solo sea por esto, el tomo ya merece la pena.
Y no es que se trate de un cómic malo. En absoluto. Pero tampoco es una obra maestra del género. Es como un blockbuster de Hollywood en el que se trata una historia más simple potenciando los efectos especiales y la espectacularidad. Desde el principio pretendían eso y es lo que han conseguido, así que en este aspecto no puede haber quejas ni se puede decir que hayan intentado engañar a nadie.
Lo que intentan con el guión, aunque buscando esa espectacularidad en las imágenes en detrimento de la historia, es repetir la fórmula que hizo que a Jeph Loeb le funcionara tan bien “Silencio” (“Hush”) o, en otra escala superior, incluso su exitoso “El Largo Halloween”. El problema es que Paul Jenkins y David Finch no consiguen recrear bien la fórmula y se pierde parte de la magia de los anteriores, sobre todo teniendo en cuenta que intentar seguir los pasos de “El Largo Halloween” son palabras mayores al alcance de muy pocos.
Eso sí, la esencia de Batman se conserva y vemos tanto su vertiente detectivesta -en menor medida- como la superheroica, sin necesidad de tener que delegar y depender de Cyborg como sucede en la actual “Justice League”. En este tomo Batman es Batman. Y como Batman y el miedo van casi siempre de la mano, se intenta explotar una vez más este concepto y profundizar en la psicología del personaje y en sus peores temores.
En lo que respecta a la edición española, ECC Ediciones ha dado en el clavo editando esta serie del NUDC en tomos, siendo su precio inferior que si la hubieran editado en grapa y de forma mensual. La historia, que no concluye totalmente en este tomo, continuará dentro de unos meses, pero en cualquier caso es un acierto. Lo que choca un poco es la inclusión del número 8 de la serie, con equipo creativo –Joe Harris y Ed Benes– e historia diferentes, habiéndose cerrado el arco anterior en el número 7 y empezando uno totalmente nuevo; aunque no se puede decir que sea un lastre para el tomo al haber cierta relación entre tramas y terminar de forma nada abrupta. Además, la edición se complementa con varios artículos que sirven para ponernos en contexto y dar más información sobre los personajes implicados y todas las portadas originales. Lástima de la elección de portada para el tomo recopilatorio, habiendo otras mucho menos destripadoras del final, aunque éste fuera previsible.
“Batman: El Caballero Oscuro – Terrores Nocturnos” rescata a una buena parte de la galería clásica de villanos de Batman para devolverlos a la primera línea y armar jaleo en Gotham como en los viejos tiempos. La premisa no es novedosa ni sorprende en su ejecución, pero en su simpleza nos encontramos con una historia que se deja leer y que, aunque solo sea por el espectacular dibujo que acompaña a cada una de las páginas y el desfile de caras conocidas, puede ser una compra recomendable aunque haya otras alternativas mejores.
El hecho de que la historia recopilada en el tomo, sin estar totalmente cerrada, pueda leerse de forma independiente, le da algún que otro punto más que podría llegar a compensar la falta de personalidad al tratar con temas tan vistos para los lectores más veteranos de Batman. No habrá nada que les sorprenda. Para los lectores más jóvenes y menos curtidos, en cambio, es una compra más recomendable al tratarse con el regreso de Bane, anunciado en la portada, y una extensa galería de personajes (héroes y villanos) dispuestos a dejarse ver, junto a una historia sin demasiadas complicaciones y llena de espectacularidad.
entretenidillo y poco mas. a años luz de silencio. y ya no digamos de el largo halloween…
Buenos cómics, lástima de ese Bane deforme…