Edición original: Animal Man núms. 1 a 9 USA.
Fecha de salida: Diciembre de 2019.
Guion: Grant Morrison.
Dibujo: Chaz Truog, Tom Grummett.
Formato: Cartoné, 240 págs. A color.
Precio: 25,00 €
Tras “Crisis en Tierras Infinitas” DC Comics se encontró en la posición ideal para relanzar personajes que no habían tenido mucha fortuna en tiempos pasados. Paralelamente, el éxito de Alan Moore con “La cosa del Pantano” o la reimaginación de Sandman por parte de Neil Gaiman mostraron a la editorial ameriacana que el Reino Unido podía ser una fuente importante de talento, dando comienzo así a la Invasión Británica de los años ochenta. Es en este contexto en el que Grant Morrison salta el charco y empieza a colaborar con la editorial de Batman y Superman tomando las riendas de Animal Man, que hasta entonces había pasado prácticamente desapercibido.
Si bien Morrison solo iba a escribir una serie limitada de cuatro números, las buenas ventas lograron que se transformara en una serie regular, de modo que el guionista escocés pudo dar rienda suelta a su imaginación y su talento en la que se iba a convertir la etapa más recordada del personaje y una de las obras más destacadas de Morrison. Así pues, ECC Comics reedita en nuestro país “Animal Man” en tres tomos en tapa dura el primero de los cuales se lanzó el pasado mes de diciembre bajo el título de “El zoo humano”.
Más allá del ‘estilo’ con el que impregna Morrison la mayoría de sus obras, lo que caracterizó en su momento esta etapa fue su marcado componente social y activista en pro de los derechos de los animales, algo que se dejó ver desde sus primeros números. El primer arco argumental de la serie ya deja clara la intencionalidad reivindicativa de su propuesta y trata sin tapujos los problemas con la experimentación animal no supervisada o la posición anti-caza de Morrison, que no se corta un pelo en mostrar a los cazadores como personas despreciables. Las moralejas no son nada simbólicas ni sutiles pero el guionista logra que no se sienta algo forzado o excesivamente moralizador al tratarlo todo desde el prisma adecuado: por un lado la trama central se puede leer como una aventura superheroica al uso mientras que la historia secundaria sirve para desarrollar a los personajes de apoyo en la vida de Buddy Baker como pueden ser su mujer y sus hijos.
Una de las fortalezas de esta etapa es la caracterización que hace de Animal Man y su entorno. Morrison abraza por completo que vive en un universo compartido y lo usa a su favor. Buddy Baker y su familia son la típica clase media estadounidense con sus problemas internos y sus complicaciones económicas, salvo por el hecho de que el padre de familia tiene poderes especiales. Este costumbrismo le permite a Morrison convertir a Ellen y sus hijos en algo más que simples secundarios y convertirlos en hasta protagonistas de sus propias aventuras, que no por ser mundanas dejan de ser interesantes o seguras.
Sin embargo, una vez pasados los primeros cuatro números, que iban a servir como miniserie, Morrison empieza a dar rienda suelta a sus ‘locuras’ y empieza a trabajar en una trama que verá sus frutos en números posteriores. Por ahora tenemos una más que interesante reinvención de los clásicos Looney Tunes adaptados a la crueldad de esta verosimilitud extrema de la década de los ochenta. En un ejercicio narrativo que podríamos definir de egocéntrico, el guionista escocés explora las capacidades narrativas del cómic como medio escrito, algo que ha sido un rasgo característico de buena parte de su obra.
De todos modos, el precio a pagar por formar parte del universo DC es tener la obligación de introducir la serie y su protagonista en los eventos del momento, como fue el caso de “Invasión”. El guionista sale relativamente airoso del percance creando una historia autoconclusiva que tiene mucha mala leche y le permite sacar su lado más travieso.
El escocés está acompañado en el apartado artístico por Chaz Truog en el dibujo y Doug Hazlewood en el entintado, que se encargan de los ocho primeros números, y Tom Grummett, que es el encargado de trabajar en el último. Todos con estilos similares, la atención al detalle de los personajes ayuda a la expresividad de los mismos y al dinamismo de las escenas de acción, pero destaco especialmente la labor de los dos primeros en el quinto número de la coleccion, que es algo técnicamente más complejo de realizar y salen totalmente airosos.
La edición que ha llevado a cabo ECC Comic va en la línea de la editorial, un buen cartoné a un precio típico para ellos y que sigue la tónica habitual de no añadir especiales extra más allá del artículo inicial que sirve para dar algo de contexto histórico de la publicación de esta colección.
“Biblioteca Grant Morrison – Animal Man núm. 01 (de 3)” es el primero de tres tomos recopilando una de las mejores etapas en la historia de DC Comics. Un Grant Morrison recién llegado a la editorial que muestra desde el principio su espectacular talento para la escritura en una colección movida por el activismo animal pero aderezada por una historia intrigante y que encaja a la perfección con el estilo del guionista escocés. Un cómic totalmente recomendable para todo fan del universo DC o del noveno arte en general.
Puedes adquirir “Biblioteca Grant Morrison – Animal Man núm. 01 (de 3)” aquí.
Obra maestra total, para mi top 3 de todo lo que se ha hecho en el noveno arte, y creo que nunca, por más que haya complejizado o simplificado sus ideas recurrentes, ha sido superado por el pelado. Arranca como dicen, despacito, si se hubiera quedado en los 4 primeros números de la Bwanabestia nadie la recordaria, pero de repente cae el Evangelio del Coyote…ese número (o el 19! O el 21! O el 26! Y así…) son de esos que (como todos los de American Gothic, o los primeros de la Patrulla Condenada) cuando sos pibe y te encontrás con eso en las bolsitas de saldo 3x $3 que venían del rezago de Zinco…tu vida no volvía a ser lo mismo. Un detalle: Sandman empezó un poco después, en el ’89. Y a diferencia de Animal Man al principio no le gustaba a muchos.
Esos números recopilados en el primer tomo (y en los otros dos) son una verdadera obra de arte, dejan en inmejorable posición el nivel al que puede un comic si se hace con pasión y cabeza .
Para mi el N° 5 es uno de los mejores cómics que he leído en mi vida, lo compré allá en el año 92 (tenía 12 años) y no lo entendí mucho en su momento, pero a medida que lo releí con el tiempo logre captar la profundidad de su historia y su potente mensaje.
Gracias a ello empecé a coleccionar números de la Liga de la justicia Europa la cual me entretuvo mucho pero era otra cosa, el personaje era un simpático secundario que interactuaba muy bien con los demás compañeros de la Liga, pero no tenía la profundidad de sus números a pesar de aquello me divertí muchísimo…. que tiempos aquellos jejeje.
Sin lugar a dudas una compra muy recomendable para vuestra colección.
Jeje a mi me pasó al revés, acá en Argentina ed. Perfil publicaba la JLI y la JLE, donde Buddy era el último orejón del tarro. A partir de las notas que escribían me entere de lo tremenda que era su colección, y me los puse a rastrear número x número. Aaaah, que placer cada vez que encontraba alguno entre cajas y cajas…
Siempre había escuchado buenas referencias de este título a cargo del calvo, tengo disponible en la biblioteca pública el omnibus que publicó Planeta en su momento, vais a conseguir que me lo pille pa leer…